DARÍO CORBEIRA

“366”, 1991/92 – 1995 – 2018/19.

366 es una obra que comienza el domingo 26 de mayo de 1991 y finaliza el lunes  25 de mayo de 1992. Durante ese periodo de tiempo, a diario se anotaron las matriculas de cuatro automóviles elegidos al azar en diferentes localizaciones geográficas de España (Madrid, Salamanca, Andalucía, etc.), Alemania, Túnez y Estados Unidos. Las cifras de dichas matrículas, procesadas a través de un orden basado en dos dígitos decimales, se proyectan sobre un soporte rectangular, con una escala predeterminada (1:300) en abscisas (horizontal) y ordenadas (vertical) del Sistema de Coordenadas Cartesianas. El resultado será una figura geométrica de tres o cuatro lados de centralidad variable y aleatoria sobre cuya superficie se extenderá bálsamo de árboles. Sobre cada una de las planchas, en el centro geométrico, se estampan los datos, día, mes y año con un fechador de almacenamiento.

Dicha acción, anotar matrículas, no surge de un deseo consciente y racional, sino de una respuesta primaria y sin explicación lógica aparente ante la decepción personal de no votar en unas elecciones municipales. Esa decisión, no votar, abstenerse, está muy meditada en términos políticos pero genera un malestar personal difícilmente explicable; al fondo, la dicotomía política deseo/pragmatismo.

El soporte bidimensional son planchas de celulosa procedentes de CEASA (Celulosas de Asturias S. A.) cuya fábrica está situada en Navia, Asturias. Dicha fábrica y sociedad, procedentes de la antigua SNIACE (uno de los baluartes industriales más importantes del franquismo opusdeista) ha pasado por diferentes propiedades bancarias hasta finalizar en manos de una multinacional. En su recorrido industrial, financiero y accionarial puede verse la evolución del capitalismo español desde el Plan de Estabilización de 1958 hasta la globalización económica de la industria española posterior a la crisis del petróleo de 1973.

La celulosa, la materia prima para la fabricación de papel, procede del procesamiento de madera de eucalipto asturiano y gallego, árbol de rápido crecimiento y alto rendimiento industrial, no autóctono e invasor que, entre otros desaguisados medioambientales, provoca en la tierra unos elevados índices de acidez que la hacen estéril durante años.

El bálsamo de árboles es un producto sintético alemán de alto contenido en cobre que tiene como función taponar las heridas y evitar las infecciones en los árboles.

La obra fue realizada entre 1991 y 1995, año en el que fue interrumpida cuando estaba realizada en su 80 % y se finalizó entre noviembre de 2018 y mayo de 2019. Para entonces, y por la continuada presión del movimiento ecologista, el cicatrizante de árboles, que había demostrado su toxicidad, había derivado en un producto sintético menos tóxico con menor contenido mineral.

80 x 70,5 cm y 1 mm de espesor.
Bálsamo de árboles sobre celulosa virgen. 366 planchas.